Docentes

Seguro tenés alumnos/as a los que le cuesta sostener la participación en clase, mantener la atención en lo relevante, por ejemplo: se distrae si un compañero/a habla, se mueve o se le acerca, o parece abrumado por los sonidos y movimientos de la clase. A través del siguiente listado, te contamos los signos de alerta que pueden ser indicadores de las dificultades de procesamiento sensorial, que pueden ayudarle a entender mejor sus conductas.

  • Es demasiado activo, incapaz de frenarse o controlarse.
  • Se mueve o hamaca en la silla, no puede permanecer quieto por un periodo largo de tiempo, pero sus pares sí.
  • Habla constantemente; interrumpe la clase.
  • Nunca termina su tarea, aun cuando puede hacer el trabajo.
  • Atención corta para su edad y dificultad para cambiar a otra tarea o seguir instrucciones (especialmente en actividades motoras).
  • Parece débil o “cansado”, suele recostarse sobre el escritorio o apoyarse sobre sus brazos.
  • No le gusta escribir, se cansa demasiado “rápido” cuando lo hace en clase.
  • Rompe frecuentemente la mina del lápiz o escribe con demasiada presión.
  • Se le rompen con frecuencias objetos.
  • Parece más torpe y se lleva objetos o mobiliario por delante.
  • Abraza a los demás pero no le gusta cuando lo abrazan.
  • Reacciona de manera inadecuada cuando un compañero “lo toca”.
  • Se retira cuando piensa que será tocado o permite ser tocado por los maestros pero se pone rígido o se comporta de manera pasiva.
  • Demasiado cosquilloso.
  • Necesita más práctica que otros para aprender destrezas o tareas nuevas.
  • No deja espacio suficiente entre letras ni palabras, le cuesta mantenerse en el renglón.
  • No participa en actividades de tacto suave, como pintar con los dedos, pegar con plasticola, jugar con masa, etc.
  • A cambio prefiere actividades de tacto pesado, como luchas, fútbol, etc.
  • Sobre reacciona a los sonidos, luces, olores, gustos.
  • Tiene comportamiento explosivo.
  • Está constantemente mirando a su alrededor (como “vigilando” su seguridad, o se sienta y “sueña” (apaga al resto del mundo).
  • No juega con los demás niños; es muy “solitario” o prefiere jugar con niños más grandes o adultos, o con niñas (en caso de los varones).
  • Demasiado sensible; se ofende muy fácilmente. Pobre autoestima o falta de tolerancia a la frustración. Inmaduro para su edad.

Como docente, comprender a los niños/as con dificultades en integración sensorial y mostrarte sensible y compasivo con ellos, es un gran paso para ayudarlos. Así podrás apoyarlos en su propio estilo de aprendizaje.